La Iglesia Santa Felicitas fue construída por el arquitecto Ernesto Bunge, pero ésta Iglesia no es como las demás.
Según cuenta la leyenda, Felicitas Guerrero era una joven porteña adinerada de 15 años que había contraído matrimonio con Martín de Alzaga, quién era mayor que ella y con él tuvo dos hijos, uno falleció a los 6 años y otro nació sin vida, poco tiempo después ella enviuda, quedando con una gran fortuna.
La Joven tenía una belleza que atraía a todos los hombres a su alrededor, entre ellos estaba Enrique Ocampo Regueira, éste hombre quería conquistarla y no lo consiguió.
En 1871 Felicitas y unos amigos viajaron a "La Laguna Juancho" pero decidieron trasladarse a la estancia "La Postrera". Una noche los jóvenes partieron en carruajes, pero los atrapó una fuerte tormenta, en el camino encontraron a un joven que los auxilió, Samuel Sáenz Valiente. Felicitas quedó impactada con éste joven del cuál se enamoró y con él decidió comprometerse.
El 29 de Enero organizarían una reunión para anunciar su futuro compromiso, pero todo fracasó cuando apareció Ocampo, quién despechado por el rechazo de la joven decidió obligarla a huir con él y ante su negativa, la mató y luego se suicidó.
Los padres decidieron construir una iglesia con el nombre de ella en el lugar donde había fallecido, el 30 de Enero de 1876.
La iglesia está ubicada en la calle Isabel La Católica 520, en el Barrio Porteño de Barracas, lugar donde actualmente se realizan excursiones para conocer su interior.
Se dice que cada 30 de Enero el fantasma de Felicitas merodea con su vestido blanco e incluso la escuchan llorar, especialmente en las noches de tormenta.
Además, muchas jovencitas solteras dejan sus pañuelos atados en las rejas, ya que según el mito, si la joven está enamorada y ese amor es correspondido, Felicitas une a los enamorados, pero si éste no es correspondido, los maldice.
Hay personas que la pueden ver durante las excursiones, eso le sucedió a una señora que olvidó su cartera luego de finalizar la excursión, y decidió regresar por ella. La señora rápidamente encontró su cartera que se encontraba tirada en el piso, cuando decidió retirarse, sintió una presencia que la atravesó. La mujer temerosa, sintió una brisa fría detrás de ella pero no quería voltear la cabeza, hasta que vio una figura, y huyó asustada del lugar.
Los fantasmas buscan resolver sus asuntos pendientes.
¿te animarías a entrar a lo desconocido?
Para quien quiera saber más sobre Felicitas Guerrero los invito a visitar el Complejo Histórico Santa Felicitas, en la calle Pinzón 1480. El 30 de enero, cumpliéndose un nuevo aniversario de su fallecimiento, habrá una apertura especial.
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