Hablemos de las veces que
reímos, de las personas que no olvidamos, de esas que nos marcaron, de los
momentos en que fuimos felices, de los problemas que nos hicieron llorar, de
los momentos que nos hicieron reír, de lo bueno y de lo malo.
¿Y si hablamos de la vida?
A veces la odiamos, pero cuanto sentimos que la perdemos
como la apreciamos.
Somos seres con delirio de inmortalidad. Qué gran error el
de creernos eternos, el de pasar por esta vida sin vivirla como se debe, sin
darnos cuenta de lo efímera que puede llegar a ser, quizás por miedo, por
terror al paso tiempo, por no querer asumir que se acaba, que la vida pasa,
igual que a todos.
Si tan solo pudiéramos ser mas consientes del valor de los
momentos, del valor de las personas, del valor de las etapas...
Si tan solo pudiéramos dejar de lado, prejuicios y
diferencias y ser quienes realmente queremos ser, sin importar el qué dirán...
Si tan solo pudiéramos vivir la vida como locos o como
enamorados (que es más o menos lo mismo) y hacerla valer la pena, la risa y el
llanto.
Creo que la vida, es un suceso de momentos, de decisiones,
de personas, de momentos que nos marcan, somos momentos. Hay que disfrutar de
los pequeños detalles de la vida, hay que disfrutar de lo malo y de lo bueno,
porque aunque a veces sentimos que se nos desmorona el mundo y nada tiene
sentido, siempre va a haber algo porqué luchar, un motivo por el cual sonreír,
porque para poder disfrutar de la felicidad hay que pasar por la tristeza.
Vinimos al mundo para ser felices, no hay que desaprovechar
nuestra única oportunidad malgastando nuestro tiempo sin hacer lo que queremos,
sin hacer lo que nos apasiona.
Creo que al final uno se da cuenta si fue feliz o no, por
eso hay que disfrutar y hacer del momento la oportunidad.
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